El asombro como manera de conocimiento

La conexión que hizo Platón entre conocimiento y asombro es algo que siempre me llamó la atención. Lo segundo es lo que nos lleva a lo primero. Por ejemplo, si queremos tener una actitud creativa el asombro es la base de toda creación o contemplación artística. El objeto artístico está ahí, puede pasar por ordinario, pero se nos manifiesta como distinto, único y extraño. En ese momento es cuando se abre la brecha que nos puede llevar hacia la belleza o hacia el conocimiento.
El asombro no es una capacidad estática, se gana o se pierde. Los niños suelen asombrarse por cualquier cosa porque buscan captar todo lo que hay a su alrededor y situarse en un mundo que les es desconocido. A medida que van creciendo la capacidad de asombro tiende a perderse porque se acepta lo dado como lo real y se pierde la capacidad de asumir el conflicto.
El conflicto, que tiene tantas connotaciones negativas en la sociedad actual, realmente es positivo si se sabe encauzar ya que el conflicto es generador de asombro. El objetivo es asumir el conflicto en los casos necesarios, y si hace falta buscarlo, porque sin duda existe aunque no lo veamos a primera vista. Y digo que existe porque si no hubiese conflicto estaríamos de nuevo en el paraíso y bien satisfechos, cosa que la insatisfacción constante del ser humano delata como no alcanzada. En este punto podríamos también retrotraernos a Heráclito y su idea de la guerra como “madre de todas las cosas”, porque si la discordia entre los opuestos de la que hablaba cesase el mundo terminaría. Es la guerra, es el conflicto el hacedor del mundo. Quizás Heráclito pudo alejar la idea del conflicto de tantos tintes negativos para unirla a la idea de actividad, y aunque no hablaba exactamente sobre lo que se decía antes sí que lo implicaría porque el asombro sólo existe como actividad generada por el conflicto.
Si no queremos renegar de nuestra condición de seres humanos debemos de saber aceptar el conflicto en los casos necesarios, ello nos mantendrá vitalmente despiertos, asombrados y por lo tanto predispuestos para conocer. Si aceptamos algo cerrando las preguntas desaparece el conflicto. Viviríamos como si estuviésemos anestesiados, con más tranquilidad pero también en una mentira.

2 comentarios:

Naïma dijo...

Es curioso cómo se ha acabado equiparando el conflicto con la oposición en lugar de hacerlo con la confrontación que, como bien dices, es la vía más directa hacia el conocimiento. Se llama personas conflictivas a las personas que suponen un problema, de forma que ya asociamos inconscientemente lo conflictivo con lo negativo y con algo que debemos erradicar.
Saludos.

Ricardo dijo...

Es lo de siempre. Quedarse con la apariencia en lugar de con el contenido.

Además el conflicto se evita por cobardía. Se evita por no querer afrontar la realidad. De esta forma la paz, esta paz, no es otra cosa que el conformismo y el tedio más absoluto.

Saludos

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